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jueves, 26 de marzo de 2015

3 CONSEJOS PARA TENER UNA VIDA EN EQUILIBRIO

LA BELLEZA

La salud de una persona se refleja en su exterior. Muchas veces por el paso del tiempo, el descuido, malos hábitos alimenticios y el estrés cotidiano el cuerpo se va desgastando. En este sentido recae en cada uno de nosotros la responsabilidad de mantener un estilo de vida saludable que no sólo nos haga lucir bellos, sino que en verdad nuestro cuerpo esté en equilibrio para seguir funcionando por largo tiempo.




Las partes de nuestro cuerpo que reflejan esa vitalidad y salud, o por el contrario el descuido y la falta de nutrientes, son la piel, el cabello y las uñas. 

La elasticidad en la piel va disminuyendo conforme pasa el tiempo, el envejecimiento es parte del proceso natural de nuestra vida. Sin embargo ciertos hábitos y deficiencias nutricionales, o un estilo de vida poco saludable pueden contribuir a la aceleración de este proceso.

La exposición a la luz solar es benéfica para nuestro cuerpo, ya que ayuda a la fijación de calcio en nuestros huesos. Sin embargo, una exposición prolongada al sol puede producir manchas en la piel, aparición o aumento de arrugas y hasta cáncer en la piel:

• Los rayos solares penetran muy por debajo de la capa más profunda de la piel, lo cual puede producir envejecimiento al quedar reducidos los niveles de colágeno y fibras elásticas.

• El sol puede causar calenturas e insolación.

Por eso es recomendable que la exposición al sol se haga de manera moderada y se utilicen cremas o lociones con protector solar.

El consumo de alcohol y de tabaco también tiene efectos degenerativos sobre la piel, por los radicales libres que entrar en nuestro organismo y producen su oxidación y desgaste.

El tabaco lesiona la piel de todo el cuerpo siendo esto más manifiesto en la cara, porque se suman los efectos de los rayos ultravioletas del sol. Provoca deshidratación de la epidermis y destrucción de las fibras elásticas de la dermis con la aparición de arrugas y envejecimiento cutáneo prematuros.

Una forma de disminuir y aletargar un poco los efectos de la edad en nuestro organismo, por dentro y por fuera, es eliminando este tipo de hábitos y manteniendo una dieta saludable, que cumpla los requerimientos diarios de nutrientes y calorías, así como llevar un estilo de vida activo y lo más libre de estrés posible, así le damos oportunidad a nuestro cuerpo de que funcione a plenitud.

Cada célula del cuerpo se compone de colágeno. Se puede tener una alimentación cien por ciento natural, hacer ejercicio todos los días, aplicar las cremas de piel más costosas, pero todavía no reabastecer el colágeno que se pierde todos los días. De hecho, entre las edades de 20 a 30 años, las producciones de colágeno disminuyen dramáticamente. En el momento que una persona llega a la edad de 60 años, la producción de colágeno ha disminuido más del 35 %.

Al consumir colágeno, el cuerpo recibe los materiales que necesita para complementar y reparar, actuando como un medio efectivo para revitalizar la piel, quitar años y corregir imperfecciones. Un complemento de colágeno ayuda considerablemente a regenerar los tejidos de la piel, contribuyendo así a que el proceso de envejecimiento se retrase particularmente si es ingerido, ya que el efecto se producirá en todo el organismo.


NUTRICIÓN BALANCEADA


Una dieta balanceada o equilibrada es aquella que a través de los alimentos que forman parte de cada una de las comidas aporta nutrientes en las proporciones que el organismo sano necesita para su buen funcionamiento.

Es aquella que permite al individuo mantener un buen estado de salud, libre de enfermedad, le permite mantener la composición de los tejidos corporales, el buen funcionamiento de órganos y aparatos, asegurar la reproducción, favorecer la lactancia, y una sensación de bienestar que impulse al individuo a realizar actividad. 

Manteniendo un buen estado nutricional, el organismo se encuentra en balance, con un buen funcionamiento de órganos y tejidos y un buen estado inmunológico (defensas). 

Cuando el cuerpo (organismo) procesa los componentes de los alimentos (aparte de las fibras), estos proporcionan la energía (calorías) necesaria para que cada parte del cuerpo cumpla con sus funciones, así como vitaminas y minerales para que dichos procesos se lleven a cabo como es debido.

Una dieta balanceada debe incluir necesariamente todos los grupos de nutrientes en las siguientes proporciones: 6 porciones diarias de hidratos de carbono complejos; 5 porciones de frutas o verduras; 2 porciones de leche o yogur (o bien, leche de soja enriquecida con calcio); 2 porciones de proteínas, y de 15 a 25 gramos de grasas y aceites. 

Debido a que el colágeno tiene un papel muy importante dentro del organismo, es necesario cuidar la alimentación y saber que existen alimentos que ayudan a evitar la pérdida del mismo. Es un alimento que debe consumirse habitualmente, pues además de contener altas cantidades de colágeno es bajo en grasas y calorías. 

Este aporte de colágeno no solamente va a ayudar a nuestro rostro, sino que es útil para mantener el buen funcionamiento de las articulaciones, que también están formadas por colágeno. Además se puede encontrar colágeno en carnes animales como el cordero, las patas de cerdo, el bacalao, el salmón, entre otros.

Grupo lácteo (leche y sus derivados)
Leche, queso y yogur Grupo de carnes (carne y sustitutos de la carne)
Carne: pollo, pescado, carne de res, cerdo, cordero
Huevos 
Leguminosas: fríjoles y arvejas 
Nueces y semillas 
Grupo de verduras y frutas
Frutas 
Verduras
Grupo de granos (panes y cereales)
Panes integrales 
Panes enriquecidos 
Arroz 
Pasta 


Pautas generales:

• Consumir mínimo 3 comidas al día 
• No omitir el desayuno 
• Consumir alimentos de cada uno de los cuatro grupos alimenticios, en toda comida. 
• El paso más importante al seguir una dieta balanceada es educarse a sí mismo acerca de lo que el cuerpo necesita, además de leer los ingredientes y la etiqueta nutricional de todos los alimentos que se consuman.
• Elegir principalmente alimentos bajos en grasas y altos en fibra. 
• Utilizar con moderación sal y azúcar. 
• No hacer largos períodos de ayuno. 
• Comer porciones pequeñas varias veces al día.


CONDICIÓN FÍSICA



Una buena condición física permite realizar cualquier actividad cotidiana y deportiva. Si nuestra condición física es buena, nuestra salud en general será también buena, y además, tendremos un menor riesgo de padecer lesiones. 

Clarke, 1967 la define como la "capacidad de realizar trabajo diario con vigor y efectividad (es decir, con máxima eficiencia y mínimo gasto energético), retardando la aparición de la fatiga y previniendo la aparición de las lesiones". Las resistencias aeróbica y muscular, junto con la fuerza y la flexibilidad pueden considerarse como aspectos de la salud relacionados con este concepto.

También es importante que la persona que entrena lleve una dieta adecuada, que le proporcione la energía suficiente para la cantidad de ejercicio que hará, así como acompañar cada rutina de ejercicios bebiendo agua o algún tipo de líquido, sobre todo si el ejercicio es de larga duración.

La rutina de ejercicio puede tener uno o varios objetivos diferentes, como tonificar los músculos, aumentar masa muscular, aumentar fuerza y resistencia y/o mejorar la condición cardiovascular.

En cualquier caso una rutina de ejercicio, complementada con una dieta balanceada contribuye a una mejor calidad de vida y la salud integral de la persona. 

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